5/1/08

Una artista


Nadie mentía como Blanca, nadie poseía el don de convertir en fascinante una historia con la habilidad con la que ella lo hacía. Cualquier cosa, la que fuera, se convertía en nueva en sus labios. Sabía pedir prendas y buenos precios a cambio de las historias, y las empleaba con destreza como armas de seducción.

Blanca había sido una artista en el sentido más habitual de la palabra. Ella sí vestía de negro, buscaba collares hechos con huesos, hilos y conchas, se había agujereado varias veces las orejas y sus cambios de humor resultaban asombrosos.

Cuando se lo proponía, podía resultar turbadora.

Espido Freire