26/5/08

Un pecado original

Si fuera a Religión, tendría que confesar al cura un pecado original que cometí el otro día. Pero como voy a Ética, sólo te lo voy a contar a ti, que me has caído bien, y a media España, que también me ha caído bien, porque yo no soy de los que van por la calle preguntando: "Oiga, perdone, ¿es usted cura? ¿Me quiere confesar un pecado bastante original?"

La gente me tomaría por loco: unos dirían: "Anda, vete, salmonete", y otros saldrían corriendo despavoridos. Mi madre me apuntó a Ética para ver si aprendía un poco de educación, que falta me hace: "Por lo menos que hagas menos ruido mientras comes, hijo mío."

Mi abuelo sí que hace ruido, pero como los dientes que lleva no son suyos sino que son del Alcampo, pues todo el mundo le disculpa. De todas maneras, lo único que nos enseña la sita Asunción en Ética es repetirnos mil veces que, como sigamos siendo ese pedazo de bestias que somos, al bajar al patio acabaremos siendo unos delincuentes. Pero eso no es nada nuevo, eso nos lo dice a todas horas, hasta en Matemáticas, hasta en sueños me lo dice esa mujer despiadada.

Elvira Lindo