13/11/08

Culpas y dudas

La niña me culpa por no haberlo sabido. Debía haberlo sabido... Yo era la madre, yo era la esposa, y debía haber sabido que el padre, que el marido... Nunca podré compensarla, sabe usted... Podría vivir hasta los doscientos años y aún así no tendría tiempo suficiente para compensarla.

Me culpa la niña, digo, pero lo cierto es que cuando sucede una cosa como ésta todo el mundo echa la culpa a la madre, por mucho que el daño, en sustancia, lo haya hecho el padre. Pero estoy segura de que todo el mundo implicado en la historia piensa que la culpa la tuve yo, que no vigilé, que no protegí o que sabía más de lo que decía saber. Pero yo no sabía nada, de verdad que no sabía nada. Y cuando yo me paro a pensar en la historia, siempre acabo pensando que la culpa de todo no la tuve yo, ni mi niña, desde luego la niña no... Y a veces , qué quiere que le diga, acabo pensando también que la culpa, además de tenerla el padre, la tuvo también el qué dirán, quizá sea por quitarle hierro al asunto o quitarle culpa a mi marido, porque es difícil odiar a alguien a quien se quiso y porque las dudas todavía me zumban por la cabeza, que a veces creo que me va a estallar... no sé, ni a mi peor enemigo le deseo dudas como éstas.

Lucía Etxebarria