Existen infinitos modos de matar a una persona. Muchos de ellos son fáciles. Existe el olvido, llega la muerte. Se olvida todos los días, y los muertos son discretos. No regresan de la muerte. Ni del olvido. Olvidaron a Elsa tantas veces, tanta gente. A tantas Elsas. Simplemente, pasó su tiempo, continuó la vida y su lugar fue ocupado por otras cosas, por otras personas.
Hubiera sido inútil buscar culpables.
Espido Freire
5 comentarios:
Hola Tere!
Sí, soy de Santiago como tú... casualidades de la vida! jeje.
Me has hecho pensar con Espido en todas esas cosas que he olvidado poco a poco, casi sin darme cuenta... como mi pequeño rincón, que ya ves que está un pelín abandonado (por eso no te he contestado antes). Quizá sea hora de desempolvarlo un poco ;)
Biquiños y hasta pronto!
Hola Tere!
Sí, soy de Santiago como tú... casualidades de la vida! jeje.
Me has hecho pensar con Espido en todas esas cosas que he olvidado poco a poco, casi sin darme cuenta... como mi pequeño rincón, que ya ves que está un pelín abandonado (por eso no te he contestado antes). Quizá sea hora de desempolvarlo un poco ;)
Biquiños y hasta pronto!
BUENO, pues que sepas que yo no me olvido de tí... me ha encantado el escrito como siempre ya me contarás... n-a-s-a
Me acabo de dar cuenta que no te tenia en mis ciber amigos y lo he flipao, asi que agregadisima quedas en mi blog jejeje
Nos leemos :)
muas
HAs vuelto!!!
Yo diria, puedes matar a una persona pero no mataras sus ideas
Publicar un comentario